domingo, 2 de septiembre de 2007

EL SABELOTODO

En todos los bares del mundo hay un “listillo”. Los que estamos detrás de la barra los reconocemos al instante. Hablan alto y se gustan, se gustan mucho. Pero lo de aquel tipo era un poco excesivo.
- Estaba claro que el gran enfrentamiento del siglo XXI iba a ser entre la cristiandad y el Islam –dijo con su engolada voz de barítono-. Llevo siglos diciéndolo.
La clientela le miraba con disimulo pero con extrema atención y ni siquiera reparaban en las bonitas caderas de un proyecto de actorcilla muy mona que deambula por el bar y que siempre se me va sin pagar, aunque yo me hago el tonto.
Y ya metido en faena y con la atención del público captada, siguió hablando de todo lo divino y de todo lo humano. Que si él había anunciado la invasión de Irak, la victoria de Zapatero, la fecha exacta de los siete últimos desastres naturales, la crisis de la vivienda y hasta aseguraba saber el día exacto en el que el Papa dejaría vacante su puesto en el Vaticano.
-Si es que no me hacen caso y, claro, así les va como les va – dijo atusándose coqueto y ampuloso el cabello blanco.
Me estaba resultando un poco cargante pero era un tipo importante y famoso y le daba prestigio al local, así que no tuve más remedio que aguantar sacándole brillo a un vaso y con la mirada perdida en el infinito como hacemos en el gremio cuando hay que soportar lo inevitable. Por fin, tras un largo rato, le oí decir las palabras mágicas, tan esperadas, a su acompañante:
-Jesús, paga las cervezas que nos vamos.
Su melenudo y barbado compañero abonó el importe de las consumiciones y se dirigieron con mucha pompa y sabiéndose observados hacia la puerta.
No sé los clientes, pero yo he de confesar que cuando Dios salió del local me quedé mucho más tranquilo, y ni siquiera me importó que esa paloma blanca que siempre acompaña al Padre y al Hijo me hubiera dejado una húmeda y brillante pestilencia en una de las elegantes banquetas. No dejaron propina.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero felicitarte por tus historias. Yo no bebía, pero me lo estoy pensando.

elena dijo...

Lo leí en su día pero no te había comentado. Me ha encantado la Trinidad. sigue, por fa

elena dijo...

Lo he vuelto a leer. Ya sé que no tienes mucho tiempo.. pero este bar me apasiona. Continua...

Anónimo dijo...

No gastes bromas con esas cosas... ¡pues no habrá temas de qué escribir!...