domingo, 8 de julio de 2007

LA LEYENDA DEL CAZADOR

Tenía las manitas finas y frías y dedos húmedos como limacos. Vestía siempre con un abrigo verde. Era mayor y lucía un bigotillo fino y blanco sobre el labio. Era un hombre aún de otros tiempos. Entraba en el bar a la hora del aperitivo con una elegancia añeja y un tanto cenicienta.
-Una ginebra – pedía invariablemente. Y la bebía a sorbos cortos y ruines, como si temiera que se le fuera a acabar demasiado pronto.
Era cazador. Llevaba años matando animales. Era un gran cazador. Lo contaba en voz alta y orgullosa y exhibía las fotos que llevaba en su cartera con el retrato de sus víctimas: pisando la cabeza de un muflón, con el rifle sobre el cadáver de un ciervo o sujetando la cornamenta de un gamo.
A veces se quedaba en silencio repasando con una mirada húmeda de nostalgia sus fotografías. Me hacía una seña, como de quien aprieta el gatillo, señalando la copa vacía y yo le servía otra copa de ginebra. Volvía a animarse y narraba su última hazaña cinegética, en un reciente viaje a Rusia, cuando a través de la mira telescópica de su rifle vio entrar la bala por el costado de un oso cuya piel tiene ahora como alfombra en su casa.
-Los ciervos mueren con lágrimas en los ojos –comentaba didáctico con los ojos perdidos en el fondo de su bebida. Yo le miraba al trasluz de la copa a la que sacaba brillo, y no tenía nada que decirle. Al acabar pagaba, volvía a meter las fotos en la cartera, recogía la calderilla del cambio con maniática eficiencia y se iba sin dejar propina. Los clientes y yo le veíamos salir con un cierto distanciamiento como quien ve marcharse a un verdugo. Era el hombre más triste del mundo. Todos lo sabíamos. Era el hombre que mató a una cierva. Era el hombre que mató a la madre de Bambi.

2 comentarios:

Gallocluecoconwebos dijo...

No se porqué, pero este cazador me a traido grandes recuerdos, tan buenos como malos... Y nunca jamás los reprocho, porque realmente son dignos de rememorar.
¡¡Enhorabuena Nacho!! Y gracias por invitar a participar a esta partícula tan minucia de tan inmenso Universo.

Desde el Árbol de la Luna

Er Gallocluecoconwebos punto com

Nacho Moreno Cuñat dijo...

Bienvenido, gallo. Gracias por tu visita. Espero verte más por este bar virtual en el que casi a diario pasan historias dignas de contar.